miércoles, 10 de diciembre de 2014

Transparencia, política y políticos (2)

Después de mi infructuosa búsqueda, detallada en la entrada anterior (recomiendo leerla antes de esta), he pensado qué posibilidades tendría. Y debo tener un poco de quijote, porque no se me ha ocurrido mejor cosa que buscar, en el Congreso, la información de la Comisión de Economía y Competividad, a ver qué tal y, dentro de ella, sus miembros. El Vicepresidente es Jesús Caldera, que fue (algunos os acordaréis) ministro del gobierno socialista. Como era el que más me sonaba, a bote pronto, y, además, las últimas veces que le he oído, me ha causado muy buena impresión, le he mandado un correo a la dirección que aparecía en la web. En él, básicamente, le contaba la situación y lo que pasaba y le preguntaba si podría decirme si sabía algo del último informe. El correo lo he enviado a las 12 del mediodía.

Veinte minutos más tarde me ha respondido.

Personalmente.

Su texto: "Voy a consultar a ver si ha llegado. No recuerdo haberlo recibido, pero lo compruebo. Un saludo". Poco más de media hora después, me ha remitido otro con la información últimamente recibida por la Comisión, entre la que no está el susodicho informe.

Si estoy escribiendo estas dos entradas es porque me gustaría reconocer, públicamente, lo que ha hecho D. Jesús Caldera. Ahora lo fácil es despotricar contra los políticos, olvidando que hacen una labor indispensable y que no todos son unos corruptos, vagos e indeseables. Al igual que no todos los funcionarios son los de los geniales chistes de Forges ni los profesores nos pasamos meses sin dar golpe. El señor Caldera ha respondido un correo de un ciudadano anónimo (que es lo que soy) en menos tiempo del que uso yo para contestar a mis alumnos (lo sé, eso no me deja en buen lugar). Y no lo ha hecho de forma automática. Se ha tomado la molestia de responder mi pregunta. Esos políticos, siento disentir de la corriente mayoritaria, sí me representan. O, si preferís decirlo de este modo, lo hacen cuando se comportan así.

Todo esto me ha servido para preguntarme una cosa más. ¿Cuánto de lo que sucede es responsabilidad nuestra, como ciudadanos? ¿Cuándo hemos ejercido nuestros derechos como ciudadanos de manera responsable? ¿Cuándo hemos pedido cuentas a nuestros representantes? ¿Cuándo hemos valorado, con seriedad, lo que prometieron y lo que hicieron y votamos en consecuencia? ¿Cuándo les hemos preguntado qué estaban haciendo por nuestros problemas? Lo más fácil, siempre, es echar las culpas a los otros, olvidando la parte de responsabilidad que corresponde a cada uno. No exculpo a los sinvergüenzas, ni considero que seamos los ciudadanos los responsables de tanta basura como vemos, todos los días. Sin embargo, creo que el problema sería menor si hubiéramos sido, colectivamente, ciudadanos en el mejor sentido de la palabra.

No sé, haciendo una cosa tan tonta como enviar un correo a un diputado y preguntarle. Quizás responda.

Muchas gracias, señor Caldera.

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